ROMEO Y JULIETA

Cuenta la historia de Julieta Caporale y Romeo Montero. Dos jóvenes enamorados víctimas del odio de sus familias enfrentadas por un trágico pasado que desencadenó Natalio Caporale, al no reconocer a su hijo extramatrimonial, Bruno, padre de Romeo, quien tuvo que llevar el apellido de soltera de su madre, Montero. Dicho conflicto tendrá un dramático desenlace para los jóvenes enamorados.
La historia comienza por las calles de Verona, donde caminan dos jóvenes argentinos que creen en el amor. Turista ella, aprendiz de publicista él, el caprichoso cupido los oculta en cada esquina, les niega la mirada justa en el momento preciso, mientras va reservando para ellos una historia imaginada por poetas. Cincuenta y cinco años atrás, Natalio Caporale se negó a reconocer al hijo nacido de su unión extramatrimonial con Josefina Montero. El niño fue bautizado como Bruno y llevó el apellido de la madre como un estandarte bastardo. Vio con ojos de niño como la madre suplicaba aceptación a aquel hombre injusto, un Natalio que la rechazó hasta la humillación, exigiéndole que no entorpeciera la vida de su familia legal pero tan legítima como la que se empecinaba a enterrar. El alma de Josefina no soportó tanto dolor y una tarde gris voló hacia el suicidio dejando al joven Bruno huérfano y dueño de un odio y un rencor inmensos hacia su padre y la blanca descendencia. Del otro lado del árbol de la vida, Vittorio Caporale creció mamando el desprecio hacia los Montero, que insistieron durante años en reclamar lo que era suyo. Mientras Josefina cumplía la última verdad de la vida y devolvía su polvo al polvo, Vittorio Caporale y Bruno Montero sellaban el odio en sus corazones y lo extenderían más tarde, a su propia descendencia. Así, Julieta Caporale, nuestra turista en Verona, y Romeo Montero, nuestro aprendiz de publicista, serán los últimos depositarios de este legado cruel que corre por sus genes, y contra el que lucharán aún a costa de sus vidas.